Situación revolucionaria

Melitón Cardona


España está atravesando más o menos perceptiblemente una situación revolucionaria perfectamente programada por un partido que está en el gobierno y tolerada por quien lo preside. La situación económica y social es más que propicia para el intento: paro rampante, destrucción de decenas de miles de negocios, un importantísimo sector turístico paralizado por la pandemia, una juventud carente del presente y, lo que es peor, de futuro, una derecha desnortada e inoperante y pulsiones separatistas renovadas son el caldo de cultivo ideal para los intentos de subversión de nuestro (imperfecto) orden constitucional.


Los disturbios que ha provocado el ingreso en prisión de un delincuente narcisista, analfabeto y mediocre están durando más de la cuenta y han derivado en saqueos de comercios y destrozos de mobiliario urbano por importe de centenares de miles de euros, mientras los gobernantes apelan a conceptos inanes como el de proporcionalidad que lo único que consiguen es envalentonar a los alborotadores profesionales que actúan siguiendo instrucciones de manual revolucionario, de manera que la proporcionalidad se resume en tres manifestantes heridos por 18 policías lesionados.


En última instancia los responsables de este estado de cosas son dos políticos nefastos José Luis Rodríguez zapatero y su émulo Pedro Sánchez, ambos conchabados con el profesor universitario semianalfabeto que confunde Newton con Einstein y asegura haber leído obras jamás escritas por Immanuel Kant.


A riesgo de repetirme, debo decir que basta con sintonizar cadenas como TV4 o TV5 para percatarse de que el nivel educativo y moral de la gran mayoría del pueblo español actual está tan bajo mínimos que facilita las aventuras revolucionarias de los desaprensivos que primero la degeneró y luego la utilizan para sus fines siniestros.


La pobreza está socavando los peldaños de la escalera social a causa de la pandemia: miles de familias han visto triturado sus ahorros y, sorprendentemente, las encuestas no parecen apuntar a una reacción favorable al cambio  político cuando el paro alcanza un 25 por 100 y otro 25 está en un Erte, de manera que, estando así las cosas, el estallido resultará inevitable.


Vuelvo a repetirme: no parece haber nadie dispuesto a poner fin a este estado de cosas por las buenas o por las malas y, rebus sic stantibus, España se encamina lenta pero inexorablemente al sumidero de la historia de lo que antaño fueron grandes naciones.

Comentarios

  1. Muy de acuerdo en cuanto a la responsabilidad de la actual situación, el incapaz de Zapatero y el narcisista de Sánchez y todos los que en el PSOE les aplaudieron y les aplauden por miedo a perder su platito de lentejas

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog