El moderantismo

Hace tres días publiqué un comentario en mi blog, que fue leído por 391 personas. Que yo sepa, sólo una lo consideró muy negativo, pensando que yo apuntaba claramente a la vuelta a un régimen autoritario, lo que no era el caso. Yo no pretendí recomendar nada, me limité a señalar lo que enseña la sociología, a saber que cuando una sociedad se escinde en dos bandos irreconciliables quiebra la cohesión social y surge inevitablemente el conflicto: así lo muestra la Historia. Esa persona afirma que "somos muchos los españoles que partimos de unas posiciones mucho más moderadas y que creemos que con el diálogo y el respeto podemos repetir lo que ya hicimos TODOS los españoles hace 40 años. Si con la Transición dimos un paso que maravilló al mundo, no debemos perder esa estela ni ese espíritu". Pienso que lo anterior es un paradigma de pensamiento desiderativo con el que es difícil estar en desacuerdo, pero lo que mi comentario denunciaba era la quiebra de ese espíritu conciliador y el surgimiento de una sociedad demediada abocada al conflicto.

No cabe duda de que el moderantismo es un ideal a seguir, pero  como señaló el gran pensador colombiano don Nicolás Gómez Dávila (mucho más valorado en el mundo germánico que en el hispánico) "Para detestar las revoluciones, el hombre inteligente no espera que empiecen las matanzas". Pienso que España está en una situación prerrevolucionaria provocada, una vez más, por una izquierda sectaria que excluye ese deseado moderantismo, de manera que sólo cabe esperar que parte de nuestra sociedad sea lo suficientemente inteligente para no esperar que empiecen las matanzas.