¿Lo mejor que le ha pasado al PP?

Hace tiempo que vengo siguiendo con atención lo que muchos llaman con retintín o despectivamente "el fenómeno Ayuso", como si se tratara de una anomalía intolerable en el panorama político español. Yo también lo considero, si no anómalo, sí insólito, acostumbrado como estoy a un nivel ramplón, mediocre y resignado de los politiquillos del centro y de la derecha, incapaces de resistirse a la tentación de mimetizarse con los mantras intocables de una izquierda dispuesta a cualquier cosa con tal de mantenerse en el poder. La señora Ayuso se muestra inmune a semejante virus que es maligno en su intención pero vulnerable a un tratamiento adecuado. Es posible que su formación académica no sea deslumbrante, aunque tampoco se ha adornado con doctorados fraudulentos como los del leso monclovita o los másteres ficticios de la única ministra elegante, aunque comunista, de este (des)gobierno de indocumentados semianalfabetos. Lo que sí resulta deslumbrante es la sencillez con la que es capaz de poner en su sitio a quienes la atacan desde los lugares comunes de la corrección política: así, interpelada por no haber aludido al colectivo LGTBi en su discurso de investidura, contestó que pensaba que a los miembros de tal colectivo también les interesaba la sanidad, el transporte público, la educación, el nivel impositivo etc., porque, de no ser así, en el futuro tendría que dirigirse separadamente a los heterosexuales, bisexuales, homosexuales, paralíticos, albinoss, barrenderos, deshollinadores, pelirrojos y demás subgrupos que componen la población de Madrid, lo que sin duda tomaría días, si no semanas.

Dos políticos de diferente formación académica tuvieron el mérito de desmontar los mitos comunistas y poner fin a sus desmanes. Me refiero a Margaret Thatcher, Licenciada en Ciencias Químicas y en Derecho y a Ronald Reagan, comentarista deportivo y actor. No fueron sus capacidades académicas las que les convirtieron en líderes políticos temibles y eficaces, sino la sencillez con las que supieron conectar con sus respectivos electorados yendo al fondo de las cuestiones. Ahí creo que radica el éxito de la política madrileña, en saber hacerlo con un lenguaje comprensible y una apelación al sentido común de la mayor parte del electorado, priorizando temas y desdeñando senderos inútiles de la corrección política.

Lo mejor que la ha pasado al Partido popular es el surgimiento de una política española capaz de reunificar el centro-derecha, doña Isabel Díaz Ayuso, lo que la coloca en una posición en la que ha de temer más el fuego amigo que el enemigo. Recuérdese aquel feliz "¡Cuerpo a tierra que vienen los nuestros!", de Pío Cabanillas.