La política como modus vivendi

Una intervención quirúrgica me ha retenido una semana en un excelente hospital madrileño, lo que me ha impedido comentar el despropósito que han organizado políticastros infames de los que venido denunciando desde hace tiempo en este blog. Una vez restablecido, reanudo la tarea de plasmar mis opiniones.

Hay muy pocas cosas más miserables que utilizar un pretexto aparentemente virtuoso para justificar una canallada y eso es exactamente lo que hizo Pablo Casado en su famosa entrevista con Carlos Herrera en la cadena COPE. Ya existía el precedente de su ignominioso ataque a Santiago Abascal en sede parlamentaria con argumentos ad hominem de muy baja estofa, confundiéndose de adversario y tratando de descalificar con malas artes a quien hubiera podido auparlo un día a la Presidencia del Gobierno, lo que da idea de sus cualidades estratégicas. Si mal estuvo entonces lo de Abascal, lo de Díaz Ayuso merecería un repertorio de adjetivos que iría de lo ruin a lo rastrero, pasando por lo mezquino, lo miserable y lo que aún no está en los escritos.

Se ha comentado el daño esos politicastros han causado a su propio partido; ahora bien, el daño que han hecho a España es considerablemente mayor y tal vez no tenga ya remedio. 

En un excelente artículo publicado en "El Debate" el pasado día 20, Ramón Pérez-Maura señaló que Casado "parece no haberse enterado de que está políticamente muerto. Y cuanto más tarde en reconocerlo, más probable es que desangre a su partido hasta dejarlo yermo". No puedo estar más de acuerdo. Dos días más tarde, hoy lunes por la noche, leo con estupor que el político espeso y municipal no sólo no está dispuesto a dimitir, sino que tiene la desfachatez de convocar la Junta Directiva Nacional el próximo lunes (!), como si no hubiera prisa por resolver una situación que, de alargarse, es susceptible de conducir a su partido a la absoluta irrelevancia. Pienso que si determinados políticos tuvieran la capacidad de ganarse la vida con holgura y honradamente no se daría este tipo de esperpentos, pero quienes no tienen dónde caerse muertos se agarran al único ámbito que les permite parasitar el presupuesto e ir sobreviviendo; por eso, el Sr. Casado debería volver a su Palencia natal y tratar de conseguir un puesto de concejal en un partido de su invención que bien podría llamarse "Pablo por Palencia" o algo parecido.

Continuará.