Elogio de Pedro Sánchez o El Pato


Gratis gentileza amable y juvenil


Concatenación inalámbrica 


Grato es agradar y agrada ser agradado. Me agrada agradar y agrado, bien está lo que está dado con agrado y me ahorro lo de sagrado porque no es de mi agrado. 


El nivel de inanidad de mis últimos escritos queda demostrado con esta introducción majestuosa, que es adjetivo imponente, respetuoso, no insolente ni casposo, tremebundo, no diré libidinoso ni haré versos para conversos ni conculcaré preceptos que me merecen respeto. Soy amable y sé latín, amante del calcetín y pulido y refinado cual gato bien educado en los foros del saber y en el arte de beber. No sé si seguir siguiendo o frenar pisando el freno o si en pleno desenfreno refrenar este refreno. No sé si frenando freno o si frenando no freno, no sé si me estoy pasando o si muy lejos me quedo. Sé que hay límites y asientos, olas, calamares, bolas, rompeolas y pollos muy singulares en las noches ambiciosas que aspiran a romper moldes de blandos rebordes. Y he de seguir porque ahora vienen las verduras a la plancha con mucha condescendencia en los límites del viento y en los confines del tiempo. He de seguir porque ahora ya sí vale todo lo que no tiene valor y ahorro lo de dolor porque todo no tiene límite que alimente concordancias o suprima multitudes. Hoy es lunes porque llueve en los campos de Castilla, viva yo y viva Sevilla y que viva Andalucía. 


Only the shadows of my mind. Oh, oh, oh ... Al viento las castañas vuelan y vuelan y van, en las mañanas serenas no te puedes confiar porque el boletín induce a perpetuar errores ancestrales que conducen a callejones con salida y laberintos de mal. No pereceré ni seré concomitante ni me convertiré en pasto de las damas ni sé si sí o si no. Oh los alisios crueles, oh los prontos despertares, oh qué lumbres o qué mares o qué perlas por millares. Alamares, alamares, pérgolas a centenares. A centenares ...


Si ahora decidiera dedicar una reflexión a la conveniencia de adaptar la legislación procesal a las necesidades del siglo futuro tengo la convicción de que no pasaría a la anterioridad y sería relegado a los anaqueles de la concupiscencia cívica preliminar. No convierto ni predico, sólo habito. Es la contrarrevolución, es el revuelo de los insectos rebeldes en su infecta propulsión. Hola mundo, hola afición, quisiera escribir trombón y voy a escribir traición porque no soy tristón y tengo límites que no me impone la indecencia en las tardes de verano y me ahorro el ser humano. Contradigo al ser enano y hoy es martes y jueves a la vez catorce y once de mayo, hay que ver el buen verano hay que comprar un buen grano o recitar cantos vanos o no hacer nunca nunca daño, el arca en el paño, siempre así es así y me alegra. Oh trofeos inalcanzados, oh trisagios, oh cometas, qué esperanzas, qué poetas, soliviantando maquetas, cocorocó coricó.


Tropas, marsopas y lirios me conciertan, sinfónica vibración, siempre atento al desembrague y la impericia de los conductores negligentes que olvidan los códigos de las almejas alambicadas y ambiciosas.


Álgido es el complemento de las farolas enquistadas en laberínticos estrépitos y chirridos y chirridos oh ¡qué vientos infinitos! Cursilísimo lamento, no me cuento no me cuento. Salga el sol o salga el viento, no voy a poner sarmiento. ¡Que me sirva de escarmiento! No Va Más, ajonjolí, aliperre, canto muy hondo, pesar, ajajá, pato menor. Trufa sí, si sí o si no. Pato mayor, muy mayor. Es un pato ¡Sí, Señor!

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