Escribir en serio
Traducción del sinsonio de Melitón Cardona
Últimamente me ha dado por escribir disparatadamente juntando palabras sin sentido incompatibles con la lógica del idioma. Así de clara es la confusión lumínica aquilatada inesperadamente.
No sé a qué se debe esta tendencia aunque sospecho que la deriva de un país gestionado por dementes me induce a exacerbar mi situación de despropósito circunflejo abreviado. He aquí un ejemplo paradigmático: "exacerbar la situación de despropósito" es una frase que podría calificar de procelosa o concomitante y quedarme tan ancho si no fuera porque la sinuosidad de la protuberancia colmara la camaradería de los refugios evanescentes de las migas con tomate. Sólo inquieto puedo contribuir y lo hago desde mi almena encanecida por los cerros del palmar. Y no canto mis canciones con el canto del pulgar en un vago despertar aún hoy por inquietar, aún hoy por inquietar. (!!!). Hoy se ahuyentan las casacas relucientes en un tenue tremolar que alimenta complementos por llenar: siempre siempre siempre y ya.
Risotadas almendradas en un tenue despejar me encomiendan ilusiones que nacen al son del mal. Cuando alumbran las cigalas las olas del amplio mar se estremecen los gitanos con las trompas, con la cal y con trombones y no triunfan las cerillas de los cuernos del palmar. No me cuentan los tendones los trebejos del palmar, no triunfa mi calcañar ni se entremezclan las cuernas del sollado en un palmar.
Hay ollas y ollas y ollas que se entremezclan con renos de vasto andar a la deriva alocada en turbios remolinos de desesperanza y conmiseración al albur de manadas de conejos coronados de espinas astilladas perladas de rocío mañanero que conectan cables incongruentes de límpido refulgor metálico. Re, ful, gor.
O si cuando en las mañanas triunfan las malas mañas me alegran las palanganas, doy por bueno el vasto día y convierto la ceniza en agua preliminar. Soy sinérgico y convicto incongruente, incandescente y abrupto de amplio mirar, solo solo en soledad, siempre con mi soledad. Hay hondonadas y perros que nunca miran al mar. No se cansan las cerezas ni se despeja el azar. Truncan truhanes tridentes trópicos de un ultramar en las alcaparras huecas que no paran de silbar. Oh los vastos montes malos pierden para siempre un día el sentido del lugar. El sentido del lugar, el sentido del lugar.
El Boletín oficial del Hestado, la Nómina del Hogar, la Concordancia del Verbo y el Sentido del Pesar, cuadros tristes y almendrados me tienen que consolar en las tristes madrugadas que siempre vienen y van. Hay que ver amaneceres, hay que ponerse a cantar, atentos a un descabello intolerable y genial y me ahorro germinal para no terminar mal.
Obran bravas construcciones en las lindes del lugar, garrapatas delicadas, alicates sin igual, suelas yermas o cecinas que dejan de resonar por los cerros polvorientos que no paran de soplar. De soplar. ¿En el solar? ¡Sol! ¡Ar! Hay que ver dónde llegar ... Amen, amen dico vobis.
Reflejas perfectamente la convulsión actual. Perplejidad que asola un intelecto medio alto. Los otros viven y mueren sin pena ni gloria. Tal vez son los ganadores.
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