Un matamoscas rosado
Traducción del indostánico de Melitón Cardona
Tengo frente a mí un matamoscas rosado del que cuelga una etiqueta: "Mirambeau, tappete à mouches. Fly swatter. Fliegenklatsche. Matamoscas. Scacciamosche". No hay vocablo ruso equivalente que conozca y no me da la real gana molestarme en buscarlo ahora aunque confieso que me picaría la curiosidad si fuera viernes porque la palabra debe ser memorable y a lo mejor en un momento dado recurro a uno de mis numerosísimos diccionarios de la lengua rusa y descubro que la palabra me inspira un artículo delirante de los que últimamente hago gala en un alarde de evanescencia imperdonable, concomitante, corolaria, lisérgica y plebeya.
El matamoscas rosado no sirve para nada más que para dar un toque suavemente colorido a un escritorio gris y perentorio, que es adjetivo tal cual, perentorio. Si trata de matar una mosca no lo consigue nunca porque mueve aire al hacerlo y la mosca se desplaza con el aire levemente agitado y huye amablemente en lugar de tropezar con un objeto sólido que permita triturar. Así de simple es la mecánica de la aniquilación coleóptera y así pasan mis días interminables con preocupaciones moscosas, música pomposa y redundante de Lang Lang, Coca Cola viscosa y vapores inconcretos concomitantes, incandescentes y salitres.
Si supiera que alguien que lea estas letras sienta que siento que un matamoscas rosado me motiva unos rubores que no me impiden candores ni me sacan los colores (!!!) me tomaría la vida con menos filosofía y más incandescencia terrenal. Vamos degenerando: lenta, pero tenazmente. Sin decir ni oxte ni moxte. Melitón, hay Melitón ...
Qué bueno que has vuelto. l
ResponderEliminarEstás inspiradísimo !!!......Y, además, más divertido que el ínclito Cortazar !
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