El Día del Orgullo Gil

Melitón Cardona


Creo que sería de justicia introducir cuanto antes el Día del Orgullo Gil el 28 de diciembre en homenaje al número creciente de sandios, gilipollas y tontitos que pululan por el ruedo ibérico como resultado de décadas de educación "progresista" básicamente consistente en que si la cosa sale con barba será San Antón y si no la Purísima Concepción.


Podrían participar en la celebración todos los que hayan renunciado a decir "mi mujer" y digan "mi compañera", los que hablen de amigos y amigas, camaradas y camarados, los profundamente preocupados por el cambio climático, los partidarios de abolir las fronteras, los fanáticos de la igualdad de género, los partidarios de Pedro Sánchez, los que consideran que Felipe González fue un gran estadista, los que creen a pies juntillas la versión oficial del 11 M, los antitaurinos, los animalistas y los defensores del lobo en finca ajena, los piperos del Bernabéu, los que creen en una utópica independencia de Cataluña, en los Reyes Magos y en la justicia social, los de la desmemoria histórica, los de la eficacia de medidas legales contra la violencia de género, los que consideran que el propósito de las penas privativas de libertad es la reinserción social del delincuente (!), los que piensan ingenuamente que lo público es mejor que lo privado, los que en su día se preocuparon hondamente por la alarmante capa de ozono, los que sólo compran productos ecológicos, los que confían en la homeopatía, en la astrología y en una salvífica invasión extraterrestre, los que se solidarizan con el encanallado pueblo griego, los que creen tener derecho a ocupar viviendas ajenas, los partidarios incondicionales del ciclismo urbano, los que creen que el islamismo es una religión o que Elvis no ha muerto, los que juegan diariamente a la lotería, los que compran enciclopedias a plazos que jamás consultarán, los que lucen peinados mohicanos, los que ostentan perforaciones de raigambre maorí en sus narices, los que organizan carreras solidarias contra cualquier cosa, los que lo hacen en favor de cualquier cosa, los que participan en minutos de silencio, los enemigos de la ley de la gravedad, los que creen que Pablo Iglesias es un destacado intelectual,  los que ven en Pablo Casado un estadista, los que niegan las pandemia, los que creen que Biden ganó limpiamente unas elecciones, los que consideran que el mundo es plano etc. etc.


No sé a qué esperamos. También los necios tienen sus derechos, ¿verdausté?

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