Arzobispo guay

En un programa extremadamente baboso de la Sexta, el Arzobispo emérito de Tánger, Monseñor Santiago Agrelo, un franciscano buenista, ha contribuido a distorsionar el debate sobre la inmigración ilegal con perlas como las siguientes: "Los valores de la Cristiandad son valores de acogida y de ayudar al que está necesitado". "Palabras como avalancha, asalto, violencia pronunciadas desde las instituciones del Estado contribuyen a criminalizar al emigrante, pero los muertos están entre ellos, no entre los miembros de las fuerzas de seguridad". "La asociación entre mafias e inmigrantes hace mucho daño". "El miedo de los ciudadanos crea la necesidad de rechazar a los inmigrantes que, simplemente están donde han querido o sentido la necesidad de estar". "Más que pan, lo que el inmigrante quiere es cariño y acogida". Creo que no se puede estar más alejado de la realidad. De hecho, pienso que es difícil colocar más tópicos por minuto que los que el venerable arzobispo aireó en la Sexta bajo la mirada complacida de una famosa presentadora. Aquello parecía Radio Vaticana bajo la égida del papapampero peronista.

Max Weber explicó la diferencia, que no contraposición, entre la ética de la responsabilidad y la de las convicciones (Gesinnungsethik g. Verantwortungsethik). Cuando la segunda no acompaña a la primera ésta se convierte en una caricatura contraproducente de la acción política.

Me cuesta mucho comprender que el arzobispo se posicione en favor de quienes violan normas de convivencia imponiendo su indeseada presencia porque "simplemente están donde han querido o sentido la necesidad de estar". Según este razonamiento, si merece este nombre, Gengis Khan estuvo donde quiso estar y los invadidos debieron mostrarle su "cariño y acogida". El problema del buenismo es que choca con la realidad: piensa que con llamarle hermano el lobo que te ataca depondrá su actitud. Lo advirtió Konrad Adenauer: "la mejor manera de apaciguar a un tigre es dejarse devorar por él", de manera que los españoles debieron plegarse a los deseos de Napoleón, los polacos a los de Hitler y los godos a los de Tarik y Muza en aras a una concordia fraternal tan deseable como inexistente.

PS. El arzobispo, actualmente en Galicia, no ha sentido la necesidad de desplazarse al continente africano para ayudar a los que están donde no quieren estar o a los que ya no están donde no querían estar.

Comentarios

  1. Hay maneras de hacerse con países, la moderna, para los hijos de los hijos de cuantos son recibidos y mejor tratados que los nativos.

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  2. Alguien no quiere cariño y acogida? … y que nos toquen 50 millones de euracos también… me ha encantado lo del papapampero peronista, por cierto.

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