Aló Presidente

En el más puro estilo del Aló Presidente de Hugo Chávez, ayer Pedro Sánchez se entrevistó a sí mismo en presencia de un tal Franganillo en la primera cadena de TVE.

He tenido el aguante de ver esta mañana, con ayuda de una aspirina, la entrevista en YouTube y he sacado la impresión de que estamos desgobernados por un auténtico enfermo mental porque de otra forma no se entiende de que pueda vanagloriarse de haber vacunado a quienes no le han votado "en un gran ejercicio de patriotismo". Más que esa sinvergonzonería que el personaje tiene suficientemente acreditada, el episodio demuestra un desarreglo mental preocupante que combina un grado alto de narcisismo con una megalomanía no menos preocupante. El felón está encantado consigo mismo y tiene a gala decir una cosa y su contraria, si no simultánea sí sucesivamente. Es una auténtica tragedia estar desgobernados por un sansirolé como Sánchez.

Mientras tanto, me veo obligado a escribir por enésima vez aquello de que los pueblos tienen los gobiernos que su oposición se merece, porque el espectáculo que ofrece la nuestra es sencillamente obsceno. En lugar de mostrarse cohesionada en un ejercicio de patriotismo, se muestra dividida en otro de partidismo suicida. El Partido Popular sabe que su única posibilidad de desbancar al felón de la Moncloa pasa por recabar el apoyo de Vox y, sin embargo, procura ningunearlo; también sabe que su mayor activo político es, con diferencia, Isabel Díaz Ayuso y, sin embargo, procura ningunearla en un ejercicio suicida del "cuerpo a tierra, que vienen los nuestros". Cuando la mediocridad es la característica más destacada de un partido político suceden estas cosas, de manera que no hay que descartar que, estando así las cosas, el triunfo del lanzador de huesos de aceitunas, una tal Cuca Gamarra y ese Casado que no es ni chicha ni limoná comporte el del felón sansirolé en unas próximas elecciones, si es que llegan a celebrarse, que ese es otro cantar.