Dinamarca muestra el camino


La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, acaba de anunciar otra vuelta de tuerca a su política restrictiva con la inmigración. Se propone retirar las ayudas públicas y subsidios a los inmigrantes que no estén trabajando y cotizando a la seguridad social danesa. "Durante demasiados años hemos hecho un flaco favores a muchas personas al no pedirles nada a cambio de las ayudas", ha explicado.


"Queremos introducir una nueva lógica de trabajo en la que las personas tienen el deber de hacer una contribución y ser útiles", ha explicado Frederiksen, "y si no pueden encontrar un trabajo regular, tendrán que prestar algún otro tipo de servicio para obtener subvenciones". "Puede ser un trabajo en la playa en el que se recogen colillas de cigarrillos o plásticos, o ayudando a resolver diversas tareas en una empresa", ha especificado el Ministro de Trabajo Peter Hummelgaard. 


El gobierno danés se ha fijado como objetivo reducir a cero el número de solicitantes de asilo. También a la vista de la baja tasa de empleo entre las mujeres procedentes de Oriente Medio, África y Turquía y considera que esta nueva normativa facilitará su integración laboral. 


El gobierno danés aprobó el pasado mes de junio una Ley de Asilo que permite deportar a los solicitantes a centros ubicados en países fuera de la Unión Europea durante el tiempo que lleve la tramitación de su solicitud, de manera que no lleguen a pisar territorio danés si no es con el status de refugiado ya concedido. El proyecto de ley, promovido por el gobierno de centro-izquierda y apoyado por la derecha y la extrema derecha, fue aprobado con el voto de 70 diputados a favor y 24 en contra.


También ha retirado el permiso de residencia a los refugiados sirios, tras modificar la calificación oficial de Damasco, que pasó a ser considerada "zona segura" y ha endurecido la ley "antiguetos", para limitar el número de habitantes "no occidentales" que pueden vivir en cada barrio al treinta por ciento. En esos barrios, los niños están obligados a asistir a guarderías a partir del primer año de edad, para favorecer su socialización de tipo occidental y el aprendizaje del idioma. A las familias que se niegan se les cancelan las subvenciones y ayudas sociales del Estado.


Dinamarca es el primer país europeo que ha caído en la cuenta de la inanidad de las políticas buenistas en materia de inmigración, como lo hizo hace años Australia con excelentes resultados. Nadie emigra sin un incentivo, como señaló Hans Magnus Enzensberger, de manera que la mejor manera de controlar la inmigración es desincentivándola. Esto explica que no lleguen pateras a Portugal, pero sí a España, campeona mundial del buenismo y el descontrol en la materia.

Comentarios

  1. Igual había que enviar al felón de la Moncloa de becario de la Sra. Frederiksen a ver si aprende algo, por aquello de que se le da bien copiar

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