Un caso de psiquiatría política


El presidente del Gobierno ha alertado en Naciones Unidas del peligro que acecha a las democracias; por una vez habrá que creerle, siquiera porque, en lo que respecta a la pseudodemocracia española, nadie como él está empeñado en ponerla más en peligro. El de Sánchez es un caso de psiquiatría política digno de estudio. Siendo el líder de un partido que obtuvo el peor resultado electoral de su historia, lleva dos años desgobernando con el único objetivo de suprimir los obstáculos que le impiden, de momento, saciar sus ansias totalitarias. Sus constantes desconsideraciones con la Corona, sus intentos de acoso al poder judicial, su desprecio al juego limpio parlamentario y su obsesión por sustituir hechos del pasado por invenciones del presente componen una figura funesta para la Nación española que él cree encarnar en exclusiva.


Como suele ser costumbre, se ha rodeado de personajes, personajes, personajillos y personajillas a la altura de su mediocridad cuando no la superan. Una tal Maroto aprovecha la tragedia de La Palma para resaltar que su belleza incrementará su interés turístico y alardea de que en Cabo Verde, un país con medio millón de habitantes y número 170 del mundo en PIB, la consideran una "líder del turismo". Es difícil ser más estúpido impunemente, pero hace tiempo que España bate récords de estupidez, como lo atestiguan los personajes que degradan programas de televisión muy populares.


Si las andanzas del gobierno son deplorables, las de la oposición no le van a la zaga; el partido popular parece tener más hostilidad al partido que puede auparlo a la Presidencia del Gobierno que al que gobierna gracias al apoyo de enemigos declarados de la Nación; si su líder tuviera un mínimo de vergüenza y patriotismo dimitiría en favor de la presidente de la Comunidad de Madrid, única capaz de desalojar a la pandilla de delincuentes potenciales que conforman este gobierno de robaperas y abrazafarolas, pero en lugar de hacerlo se dedica a tratar de capitidisminuirla con la ayuda del campeón de lanzamientos de huesos de aceituna, cucagamarras y demás mequetrefes políticos. Y así nos va y nos irá si alguien no lo remedia.

Comentarios

  1. Desde luego Ayuso arrasaría pero la situación me recuerda aquella frase histórica
    " Que buen vasallo sería si tuviere buen señor
    Se repite inexorable

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