Dudas fundadas


Hoy me he preguntado si vale la pena que me moleste en publicar en este medio opiniones mías, sensatas o insensatas, sobre multitud de temas que yo considero importantes pero que sé que no lo son ni pueden serlo para la abrumadora mayoría de mis conciudadanos.


Lo anterior hace que me plantee otra pregunta inquietante: ¿tengo yo algo en común con esa abrumadora mayoría de mis conciudadanos? Trato de discernirlo y me vienen a la mente propiedades que son compartidas por quienes habitan un mismo territorio, están sometidas a un mismo ordenamiento jurídico y a una presión fiscal supuestamente encaminada a financiar servicios públicos que el Estado debe poner a disposición del ciudadano, pero inmediatamente me percato de que se trata de coincidencias inexcusables que derivan de un aquí y ahora compartido tan involuntario como necesario, por lo que pienso que esa involuntaria necesidad no es capaz de establecer un vínculo lo suficientemente convincente para que me sienta obligado a actuar supuestamente en favor de mis conciudadanos, a menos que caiga en la inane tentación de adherirme a un altruismo cuyos resultados finales suelen contrastar con sus bellos propósitos.


Así las cosas, caigo por fin en la cuenta de que el número de personas con las que comparto intereses, valores e inquietudes es tan minúsculo que no me queda más remedio que plantearme lo que apunté al principio de este texto, a saber, si vale la pena escribir para tan reducido número de personas sabiendo que la mayoría de que lo que trate de transmitir caerá en terreno abonado favorablemente de antemano.


Mi amigo Ignacio Ruiz Quintano, el mejor columnista español de hoy, con gran diferencia sobre todos los demás, me ha señalado en varias ocasiones que nuestros empeños equivalen a "arar en el mar": tal es el pesimismo de quien tiene la lucidez de entender que la deriva que nuestro país viene experimentando tiene muy mal arreglo o simplemente no lo tiene, por mucho que nos esforcemos aquellos a quienes nos preocupa.


Escrito lo anterior, me propongo dejar de alimentar este blog con textos que apenas pueden influir en 1 de 400.000 compatriotas y, aunque no excluyo que tal vez una retracte algún día, no lo creo hoy probable.

Comentarios

  1. El que se abre en canal por y para su ideal no espera que nadie le acompañe. Lo hace por necesidad vital y desde el primer párrafo escrito recibe un veneno graciable que impide dejar la escritura. No podrás hacerlo querido Melitón. Estás dulcemente envenenado con la miel de la palabra. No la abandones, no podrás y aunque lo hagas siempre te perseguirá. El que sabe escribir y transmitir es su deber hacerlo: aunque sea solo para él. Que no lo es.
    Sigue. Seguirás. Te esperamos cada día; más de los que te imaginas.
    General Dávila.

    ResponderEliminar
  2. No entiendo, querido Melitón, porqué tomas hoy esta decisión. Lo siento.
    Además creo que algunos de tus fieles lectores pudieran sentirse menospreciados por parte de tus argumentos para dejar de alimentar el blog.
    Ayer mismo me decías que iba tomando amplitud y creciendo el número de lectores; el repentino cambio no lo entiendo bien.
    Quizá escribir a diario fuera excesivo, cansado y difícil para mantener el alto nivel que acostumbras. Una o dos entradas por semana tendrían más sentido e impacto.
    El abandono total y su argumentación me han dejado sorprendido.
    Gran abrazo
    Juan M. de Barandica

    ResponderEliminar
  3. Yo no sé cuántos lectores tienes pero sé que tus acertadas opiniones y razonamientos son lo último que le leo a Raúl en la cama. Está claro que ni una vez hemos disentido de tus artículos con lo que afirmo que, en nosotros, en efecto, el terreno está abonado a tope pero se lo paso a muchos amigos que están encantados con tus escritos. Uno de ellos es un primo mío, comboniano destinado en Costa Rica ahora y que se queda admirado con la cantidad de datos que aportas en muchos de tus razonamientos.
    Tb es cierto lo que te anuncia un General en comentario arriba: no podrás abandonar!!!😂
    Yo escribo desde los 14 años y con menos enjundia pero escribo siempre, no puedo no hacerlo. Y el modo es un diario, cuadernos y cuadernos, ya no me caben y sigo. Imagina que en Mozambique 🇲🇿 lo hacía tb...Entiendo que tal vez te gustaría encontrar parroquia “ enemiga”, polemizar y convencer? Creo que la sociedad está masivamente narcotizada pero seguimos siendo miles de millones los que vamos con la cabeza alta y sin complejos. De todas las maneras, mil gracias por tu tiempo y compañía y me dice mi marido que a estas horas de la noche eres su diplomático favorito con medalla de honor. Un gran 🤗

    ResponderEliminar
  4. Querido Melton, no lo dejes todavia! És muy útil para mi entender lo que pasa en Espanha leyendo tus comentários sagaces y realistas! Un fuerte abrazo
    José de Bouza Serrano

    ResponderEliminar
  5. Tus reflexiones son lo único que nos puede alimentar ante tanto como venimos soportando y sufriendo; como escribía ayer, aunque estemos en la noche hay que proveer en orden a un alba luminosa. Animo!

    ResponderEliminar
  6. Querido Melitón: Te animo a seguir escribiendo. Ignoro el número de lectores. Tal vez se te ocurra pensar que el hecho de no comentar equivalga a no leer, pero muchas veces -como es mi caso- no lo hacemos por pereza o por estar por completo de acuerdo con tus razonamientos.
    La lectura de tus artículos nos ofrecen un análisis independiente e insobornable de las situaciones que no podemos leer en una prensa sumisa gracias a las tan necesarias subvenciones. Creo que ahí radica el valor de tu opinión.

    Abrazos
    C.C.

    ResponderEliminar
  7. Bueno, supongo que son momentos por los que se pasa; pero Melitón harás mal si dejas de escribir. Al final algunos ponéis por escrito lo que otros queremos expresar y no sabemos o no podemos o no encontramos momento. Será muy fascista decir que nos sentimos parte de una élite? la que piensa, la que no está amodorrada y por tanto la que molesta. Aunque solo sea por eso, por la vocación irrenunciable de mosca cojonera que algunos tenemos , estamos castigados a seguir diciendo lo que pensamos, o a rubricar los pensamientos plasmados por escrito de otros, aunque a veces nos hinchen la cara a bofetones. Te apuesto una comida a que sigues escribiendo o mucho me equivoco o te cuesta tanto renunciar a tocar los mismísimos a esta panda de descerebrados como a mí.

    ResponderEliminar
  8. Yo no le conocía pero gracias a su decisión y ante la reacción de los que les sigue, creo que soy un terreno abonado.
    Permítame decirle que hay que tener en cuenta que aunque fueran unos pocos , estos pueden difundir sus mensajes e ir creando la masa crítica para que se produzca una reacción en cadena como ocurre en un reactor nuclear, y se consiga que los enemigos de la democracia sean relegados adónde les corresponde por su ineptitud, su poco deseo de trabajar y su preocupación solo de mantenerse en el poder.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog