La supresión de la Carrera diplomática.

El Boletín oficial de la República francesa del pasado día 16 publicó el decreto 2022-561 por el que se extingue la Carrera diplomática de aquel país. Se trata de la culminación de una reforma de la Administración iniciada en 2017 que ya suprimió la prestigiosa Escuela Nacional de Administración ENA), creada en 1945 para democratizar el acceso a la alta función pública del Estado a través del mérito por concurso y responsable de asegurar la selección y capacitación de los altos funcionarios estatales franceses. La reforma de la alta función pública prometida por el candidato Macron en 2017 para hacer más fluido el sector y acabar con las "carreras de por vida" queda así culminada y consagra la creación del estatuto de "Administrador del Estado", que incluye varios organismos estatales.

Así, 800 altos funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores perderán su status para convertirse en "administradores del Estado", junto a los prefectos, subprefectos o inspectores de finanzas, en particular. "Después de la ENA, fueron a un cuerpo del que no salieron. Hoy, nuestros diplomáticos quieren variar sus experiencias (!). Del Quai d'Orsay podrán ir al Ministerio de Agricultura y luego volver, lo que permitirá ampliar sus competencias, sin destruir la diplomacia: los que quieran seguir siendo diplomáticos a lo largo de su carrera lo seguirán siendo", afirma un comunicado del gabinete de la ministra de Transformación Pública, Amélie de Montchalin.

La publicación de este decreto ha hecho reaccionar en primer lugar a algunos diplomáticos franceses opuestos a la reforma: "Triste ver que el día de Pascua, el diario oficial publica los textos que suprimen el cuerpo diplomático ...", dijo en particular este domingo en Twitter Xavier Driencourt, ex embajador de Francia en Argelia, de 2008 a 2012 y de 2017 a 2020 y ahora profesor en la Sorbona. "El Diario Oficial publica la supresión del cuerpo diplomático. Francia será así el único gran país occidental sin diplomáticos profesionales. Una historia de varios siglos llega a su fin. La puerta está abierta a los nombramientos a la americana", ha señalado Gérard Araud, ex embajador de Francia en la ONU y en Estados Unidos. "Es una revolución en la Administración pública, el fin de dos siglos de tradición. Napoleón había pensado en la Administración en términos de cuerpos, como en el ejército, y aquí son derrotados por una reforma sin debate. La supresión de la Carrera diplomática significa que el amiguismo se impondrá casi con toda seguridad en los principales puestos."

Jean-Luc Mélenchon y Marine Le Pen, tercero y segunda respectivamente en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, han condenado enérgicamente la reforma: "Francia ve cómo se destruye su red diplomática después de varios siglos. El segundo más grande del mundo. Es una gran tristeza", ha lamentado el primero en Twitter. La segunda ha señalado en el mismo medio que "Macron quiere sustituir a los servidores imparciales del Estado por el amiguismo. Si llego a ser presidente, restableceré un estatus de diplomático basado en el mérito y el interés nacional".

No es la primera vez que diplomáticos y políticos se enfrentan por este tema. En noviembre de 2021, 150 jóvenes diplomáticos advirtieron de las posibles consecuencias negativas de esta reforma en un artículo publicado en el diario Le Monde. "La víctima de esta reforma será la diplomacia francesa, y la influencia internacional de nuestro país a través de ella. También se pondrá en riesgo nuestra capacidad de ayudar a nuestros conciudadanos", dijeron. "Es sobre todo una recuperación política", ha replicado el entorno del ministro de Europa y Asuntos Exteriores. Estamos en una campaña en la que hay una lógica de confrontación extremadamente violenta y un deseo de recuperación política. Hemos llegado a escudriñar el Diario Oficial como si estuviéramos desenterrando algo hecho en el último minuto. Pero este texto era esperado, es una consecuencia de la creación del Cuerpo de Administradores del Estado el pasado mes de enero".

Las dos carreras esenciales en cualquier Estado son la militar y la diplomática. Ambas son jerarquizadas y en las dos se asciende progresivamente en función de méritos y experiencia. Suprimir cualquiera de ellas o desvirtuar el valor de la experiencia puede conducir a situaciones de amiguismo político de las que ya tenemos ejemplos en nuestro país: ahora sólo falta que se consagren, como en Francia, mediante uno de esos decretos a los que tan aficionado es este gobierno socialcomunista.