Que el centrismo no sea un error

Mi amigo Ramón Pérez-Maura publicó ayer un excelente artículo titulado "Que el centrismo no sea un error" en el que, tras afirmar que "la victoria del centrismo en las elecciones de Andalucía es uno de los hechos políticos más relevantes de la hora presente en Europa y América", señalaba el peligro de el Partido Popular volviera a cometer los mismos errores de su pasado más reciente. Su diagnóstico según el cual "para ese partido centrismo consiste en jamás en dar un paso atrás y volver al statu quo ante. Por ese camino, la izquierda gana terreno siempre y al final el centro acaba perdiendo votos por la derecha" me parece inapelable porque, como bien escribió, "si no es capaz de alinearse con los conservadores en la batalla de los valores, al final la victoria estará siempre, del lado de la izquierda".

Aludió Ramón a que, de actuar con tibieza el Partido Popular, "Vox recuperará el crecimiento que ha frenado en Andalucía". No estoy del todo de acuerdo con esa afirmación porque, pese a presentar una candidata solvente pero inadecuada a la idiosincrasia andaluza y tras una campaña electoral plagada de errores, el partido de Abascal ha incrementado en 100.000 votos su apoyo en las urnas y, con 14 diputados, (el doble de los de la extrema izquierda), es ya la tercera fuerza política de Andalucía como lo es también en el Congreso de los Diputados.

No creo que la mayoría absoluta cosechada por los populares en Andalucía deba poder extrapolarse al resto de España; de hecho, la última encuesta les da un sensible avance en el número de diputados en el Congreso, casi un cincuenta por ciento más, pero 135 escaños están muy lejos de los 176 necesarios para poder formar gobierno, de manera que lo inteligente sería que el Partido Popular limara asperezas con Vox porque este partido le será indispensable para poder configurar un gobierno de centro-derecha. Así se lo ha dictado a Isabel Díaz Ayuso su instinto político.