La última patochada papal

"La seguridad nacional es secundaria, lo importante son los inmigrantes". Si esta patochada la hubiera pronunciado cualquiera de los analfabetos que desgobiernan España no tendría nada de particular; el problema es que la ha pronunciado el papapampero de Roma, un personaje que se supera cada día en la fácil asignatura de estulticia populista. 


El sábado pasado, Francisco Marhuenda se marcó un editorial en "La Razón" en el que señalaba que "las decisiones del Papa Francisco son tan sorprendentes como injustas y arbitrarias. No me gusta este Pontificado, porque detesto el populismo, su desinterés por España, un revisionismo sustentado en la ignorancia histórica y un indigenismo mal entendido. Esta permanente obsesión por enmendar lo que hicieron sus antecesores o rendirse ante los que fueron considerados herejes y provocaron un daño profundo a la Cristiandad es incomprensible ... Es verdad que consigue el aplauso de los que nunca irán a una iglesia, de los ateos y los populistas, pero se equivoca. No es el camino ... En estos años no ha tenido tiempo para visitar España, que es uno de los países católicos más importantes de la Historia. Ni siquiera cuando se celebraba el aniversario de Santa Teresa de Jesús".


He escrito en varias ocasiones sobre el jesuita peronista que es Papa de Roma de momento y hasta que se le ocurra trasladar la Santa Sede a Ruanda Burundi o Vanuatu. Creo que ahora anda de peregrinación penitencial (!) por Canadá lamiendo las vistosas plumas de jefes indígenas.


En un artículo titulado "El Papa que vino de la Pampa" escribí hace un par de años: "Diez años de escolarización en el Colegio de Montesión de los padres jesuitas de Palma de Mallorca consiguieron erradicar en mí cualquier tipo de creencia religiosa, ya que no considero que el admirable budismo zen sea propiamente una religión, aunque respeto muchos de los sentimientos religiosos, generalmente los de carácter altruista o humanitario ... Con esos antecedentes, no es de extrañar que el actual Papa jesuita y argentino (tres contradictiones in terminis en una) me provoque una sensación extraña a caballo entre el estupor y la curiosidad malsana. Inauguró su pontificado asegurando a los miembros del colegio cardenalicio que rogaba a Dios que les perdonara por haberlo elegido. Imaginé que sus razones tendría y creo que los hechos han ido confirmando mi sospecha inicial, porque ¿Es el Papa populista? ¿Es peronista? o es sólo … cuentista. Con esa soberbia típicamente jesuita que se disfraza de humildad (uno de los sinónimos de invulnerabilidad, según la gran escritora austriaca Marie von Ebner-Eschenbach) se desplaza en utilitario o en transporte público, les lava los pinreles a los enfermos de SIDA, importa ocasionalmente a unos pocos refugiados y visita a presos o vagabundos tras convocar convenientemente a los medios de comunicación. Todo muy edificante. Si es peronista, lo es indirectamente y con cautela; según él, el peronismo es "la tercera vía entre el capitalismo y el comunismo" y "se basa en la doctrina social la Iglesia" (que alguien me ate esa mosca por el rabo, por favor, porque todavía no me consta que piqueteros, operadores y demás matones peronistas renuncien a ir a armar bronca al estadio, a emborracharse o a aporrear a oponentes para dedicarse a leer la Rerum Novarum). Que es cuentista es un hecho indiscutible: cuenta con el silencio cobarde y cómplice de teólogos más o menos solventes, cuenta con la complacencia de la prensa progre mundial y cuenta con la perplejidad atónita de los más sensatos y desconcertados de los fieles. Mucho cuento ... Este personaje desconcertante ha tenido actuaciones verdaderamente memorables: tras el vituperable atentado a Charlie Hebdo aseguró que "si alguien dice una mala palabra contra mi mamá puede esperarse de mí un puñetazo", lo que constituye una notable puesta al día de la consolidada doctrina católica de ofrecer la otra mejilla ... Creo que este Papa todavía no se ha esmerado suficientemente. Aún no ha integrado la santería yoruba-cubana en las ceremonias de culto ni ha nombrado a ningún cardenal inuit ni ha integrado en el Código canónico el matrimonio homosexual, pero no hay que desesperar porque todo llegará "ad maiorem Dei gloriam" que, para víctimas de la LOGSE, significa "a mayor gloria de Dios" y es el lema de la Compañía de Jesús".


A mi juicio, el mayor despropósito que comete el padre Bergoglio S.J. es hablar constantemente de temas mundanos que ignora profundamente tratando de agradar -y agradando sobremanera- a quienes son enemigos naturales de la fe cristiana. Él sabrá cómo se las entiende con el Espíritu Santo.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog