¿Hollywood London?


Una caterva de comentaristas se ha centrado básicamente en resaltar los aspectos más cinematográficos y llamativos del ceremonial con el que se ha despedido a la reina Isabel II en el Reino Unido. Pocos han sido los que han profundizado en el hondo significado del acontecimiento y muchos los que han incurrido en errores de bulto en sus inanes escritos. Así, la enviada especial de ABC en Londres ha informado hoy mismo que la capilla ardiente de la Reina se encuentra en la Abadía de Westminster (!), que ya es errar. Una tal Lourdes Gómez ha informado que el ducado de Cornualles "tiene 52 hectáreas y vale 1.150 millones de euros" (!), lo que ya es valer. Tampoco se ha privado de llamar "carro de armas" al armón sobre el que está depositado el ataúd de la difunta Reina, posiblemente por desconocer el término. Muchos han sido los plumillas que se han centrado en aspectos tan sustanciales como los incidentes con las plumas estilográficas etc. 


También nuestro gobierno socialcomunista ha echado su cuarto de espadas al asegurar que don Juan Carlos ha sido invitado al funeral de su pariente regia "a título particular", algo que no se tiene en pie si se toma en consideración que la invitación fue remitida a nuestra embajada en Londres nada menos que por nota verbal, un tipo de comunicación oficial por excelencia que, para víctimas de la LOGSE acalararé que, por cierto, no es verbal sino escrita.


Una antigua corresponsal de ABC en Londres ha publicado un artículo tan frívolo sobre el nuevo rey Carlos III que cabe sospechar que durante los cuatro años que estuvo en la capital londinense no se enteró de mucho, algo que un periodista resulta preocupante si se tiene en cuenta que su función es la informar.


Se quiera o no, los extraordinarios acontecimientos de estos días en el Reino Unido y en particular su desarrollo en Escocia, Gales y el Ulster han demostrado al mundo que es muy cierto aquello de que lo cortés no quita lo valiente.


Una vez más, el inefable papapampero de Roma ha perdido una oportunidad de estar a la altura que de Él se espera y estar presente en una ceremonia histórica cuyo carácter cristiano es indudable, sin que la excusa de su mala salud sea admisible si se considera que no le impide viajar nada menos que a Kazajistán.

Comentarios

  1. Que yo sepa, la reina de Inglaterra no ha asistido a ninguno de los funerales de los cinco papas fallecidos durante su reinado. Y tampoco ninguno de sus antecesores. Si el Papa tuviera que acudir a todos los funerales de jefes de estado cristianos o no, no tendría tiempo para otra cosa.
    Y oye, te agradecería un poco más de respeto hacia Su Santidad, sin apodos infamantes y poco ingeniosos.

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