Las elecciones italianas y el PP

La reacción de ese rebaño de lumbreras que pulula por Génova tras las elecciones italianas ha sido asegurar que "no ha sido el resultado que más nos gusta". Hay que suponer que esto significa que prefería que hubiera ganado la amalgama de socialistas e izquierdistas que competía con la futura primera mujer llamada a presidir un gobierno en Italia o sólo trata de una tontería irreflexiva más a añadir a la lista de las que acostumbra a expeler. Por su parte, el celebrado Feijoo pide ahora que gobierne la lista más votada "para no tener que pactar con Vox". Lo anterior, su intento de devaneo con el PNV, el de Junqueras de aproximarse al PP y su peregrina teoría del "bilingüismo amable" (!) y las patéticas declaraciones del Sr, Moreno Bonilla refuerzan mi convicción de que votar al partido popular será volver darle un cheque en blanco para que se sienta autorizado a traicionar a su electorado con ambigüedades calculadas o renuncias vergonzosas a defender una escala de valores radicalmente opuesta a la de la izquierda. Sólo Isabel Ayuso ha puesto al dedo en la llaga al señalar que lo esencial es desbancar del poder a Sánchez y su cuadrilla, mostrando una vez ese instinto político que brilla por su ausencia en su partido.


El triunfo de la coalición de centro derecha en Italia constituye un punto de inflexión en la deriva de la Unión europea. Por el peso específico de Italia en el campo económico, cultural, y político es relevante que al entierro del socialismo francés haya que añadir ahora el del italiano. La hazaña del la señora Meloni de pasar del 4 al 24 % de los votos sin duda animará a los electorados de otros países a enviar a sus respectivos partidos socialistas al baúl de los recuerdos.


Por lo que respecta a los burócratas de la Unión Europea, la señora von der Leyen ha vuelto a lucirse al tratar de influir en el resultado de las elecciones de un país de la Unión, aunque hay que agradecerle que tal vez haya influido en muchos votantes indecisos para que votaran a la formación de la señora Meloni. Por su parte, la primera ministra francesa, Elisabeth Borne, ha declarado en el canal BFMTV (que tiene una audiencia diaria de diez millones de televidentes) lo siguiente:  "Evidentemente, estaremos atentos con la presidenta de la Comisión para que esos valores sobre derechos humanos, sobre el respeto de unos y otros, en particular el respeto al derecho del aborto, sean respetados por todos". Conviene que los partidarios incondicionales del llamado "proyecto europeo" tengan en cuenta lo de "en particular el respeto al derecho del aborto". En contraste con la primera ministra, el eurodiputado francés del bloque mixto de la derecha europea Jordan Bardella, ha declarado que: "Los italianos han dado una lección de humildad a la Unión Europea que, a través de la voz de la señora von der Leyen, ha pretendido imponerles el voto. Ninguna amenaza de ningún tipo puede detener la democracia: los pueblos de Europa levantan la cabeza y toman su destino en sus propias manos".


Suecia, Polonia, Hungría, Austria, Eslovaquia, la República Checa e Italia constituyen un grupo de países capaz de poner fin a los desvaríos de una Unión cada vez más escorada hacia los postulados de una izquierda anacrónica y en vías de extinción.

Comentarios

  1. Un verdadero demócrata, asume los resultados de las elecciones, sean donde sean, les guste o no.

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  2. Me parece una idea de sentido común, pero el funcionamiento de la UE no está basado en principios democráticos, como bien sabes, sino más bien burocráticos

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  3. Magnífico análisis acerca de los gustos de los politicos acomodaticios.

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  4. Lo que no entiendo es que si gana la extrema izquierda aquí no pasa nada y cuando gana lo que dan en llamar extrema derecha no se puede respetar el voto. Si han decidido que un ciudadano un voto para bien o para mal un ciudadano un voto. Y a apechugar con las consecuencias

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