The end is near


Vamos acercándonos al precipicio con la actitud alegre y confiada de quienes siguen a un guía en cuyas intenciones no tienen razón para desconfíar. Hoy es la banalización de la sedición, ayer la vergonzosa concesión de la nacionalidad española a quienes siempre han ostentado la de otras naciones, anteayer la permuta del sexo por la identidad sexual, mañana cualquiera sabe cual será el despropósito de un gobernante sin escrúpulos que, conviene recordarlo, concedió su primera audiencia a ese benefactor de la Humanidad llamado George Soros y ha regado con 25 millones de dólares de nuestro peculio la fundación de Bill Gates. Lo diagnosticó Tocqueville en el siglo XIX: "cuando el gusto por el poder y la incompetencia se reúnen en un mismo individuo, su voluntad de triunfar le hacer perder su probidad: cree ser el mejor y se pone a hacer trampas. Apoyándose en los débiles de entre los que ha surgido, sustituye la desigualdad en libertad por la igualdad en la mediocridad y la originalidad de pensamiento por el conformismo intelectual".


Hace dos décadas, un sociólogo inglés previó el advenimiento de la ineptocracia, un sistema político en el que los menos capaces de gobernar son elegidos por las personas incapaces de ganarse la vida, mientras las productivas ven cómo se les roba el resultado de su producción para sustentarlas.


Nayib Bukele, presidente del El Salvador, ha concedido una entrevista a una cadena norteamericana en la que ha afirmado que la degradación de los Estados Unidos se debe a que sus más acérrimos enemigos son interiores: ciudades que hace dos décadas eran inmaculadas hoy están destruidas, hasta el punto de que un salvadoreño como él, al verlas, piensa que por nada del mundo viviría en ellas; semejante degradación sólo puede obedecer a un plan: ¿quién podría adoptar una serie de decisiones tan estúpidas para conseguirlo? En algunas ciudades se subvenciona la adquisición de drogas o se da dinero a la gente para que no trabaje o se promulgan leyes sin sentido como las que pretenden atajar el aumento de la criminalidad restando medios a la policía o permitiendo los pequeños hurtos en los supermercados; la consecuencia sólo puede ser la destrucción de la sociedad, por lo que hay que concluir que quienes adoptan este tipo de decisiones no pueden ser tan necios como para ignorarlo, por lo que hay que concluir que lo hacen para llevar a cabo un plan. El objetivo de este plan es reducir a la población a un sopor anestésico que la haga dependiente y manipulable hasta extremos inconcebibles. Todo en nombre de la igualdad y de nuevo Tocqueville advirtió que "la igualdad produce, en efecto, dos tendencias, una que conduce a los hombres directamente a la independencia y puede empujarles de repente a la anarquía, y otra que les conduce, por un camino más largo y más secreto, pero más seguro, a la servidumbre". 

Comentarios

  1. Completamente de acuerdo. Es desolador. Esperemos que con las próximas elecciones generales se pueda deshacer toda esta porquería. Y no descarto que se pueda enviar a la cárcel a la pandilla de canallas causantes de tanto daño a la nación española. Al fin y al cabo la esperanza es lo último que se pierde. A ver si se cumple el dicho...

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  2. La esperanza es lo último que se pierde, pero a menudo acaba por perderse

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