Sánchez anuncia una ley para garantizar la paridad


En diciembre de 1917, Keynes le confesó por carta a sus amante el pintor Duncan Grant trabajar para un gobierno al que despreciaba para fines que consideraba delictivos. Debo confesar que siendo embajador de España en Dinamarca tuve la misma sensación, aunque procuré que no me impidiera cumplir con mis obligaciones, hasta el punto de que, en una cena en la residencia de la embajadora de Méjico, traté de impresionar a la rectora de universidad de Copenhague comentándole que la composición del gobierno español respondía a criterios de paridad de género. La catedrática de física nuclear y rectora me contestó que semejante paridad había sido rechazada años atrás en su universidad por considerarla machista. "¿Por qué no un 60 ó 70 por ciento de mujeres? ¿Por qué limitarla a un 50 por ciento? El único criterio aceptable es el de la competencia." Tuve ocasión de comentárselo al entonces presidente Rodríguez Zapatero, uno de los políticos más insolventes que he conocido, y recomendarle que no tratara de impresionar a sus anfitriones daneses con un argumento que hacía años habían rechazado.


Lo anterior viene a cuento del anuncio del presidente Sánchez de promulgar una ley para garantizar la paridad en la política y la empresa privada y me suscita dudas fundadas sobre su implementación: la paridad de sexos ¿se limitará al masculino y femenino o incluirá también sendas cuotas para julandrones y bolleras? Y ¿qué decir de los transexuales, bisexuales, negros, morenos, amarillos, progenitores gestantes y no gestantes, enanos, albinos, presidiarios, toxicómanos etc.?


Si ya en la política la idea es delirante, más lo es si se pretende aplicar a la empresa privada, cuyos criterios de funcionamiento nada tienen que ver con la impunidad que se procuran los políticos y sí con los de rentabilidad.


Es tan caótico y delirante el fin de ciclo del sanchismo que noticias como las que comento pasan desapercibidas. Habrá que esperar a que se imponga por ley la paridad de toros y vacas, toreros y toreras en la corridas de toros para que el despropósito llame la atención. Todo llegará. 

Comentarios

  1. Me da asco la paridad. Soy mujer y he llegaod donde he llegado y espero llegar a donde sea que Dios o el destino me tengam preparado hacerlo, no por un sistema de cuotas que me hace parecer imbécil e inútil para conseguir lo que yo sola llevo conquistando desde que empecé mi vida adulta.

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