El orgullo gay


El orgullo puede ser un "sentimiento de satisfacción por los logros, capacidades o méritos propios o por algo en lo que una persona se siente concernida" o "arrogancia, vanidad, exceso de estimación propia, que suele conllevar sentimiento de superioridad". Como ha señalado De Prada en un artículo publicado hoy en ABC "En el orgullo siempre hay odio y cólera y otras formas de turbiedad pasional; y las gentes que proclaman ufanas «Somos orgullo» no pueden estar felices o resignadas de ser lo que buenamente pueden. Así la vida, por mucho que se disfrace de falsa alegría y carnavalada grotesca, se torna una pocilga de las peores pasiones, en donde lo que uno es irremediablemente se emplea de forma victimista, para culpabilizar a quien no lo es y no puede serlo."


Parece que las expectativas que generaba la celebración de ayer en Madrid no se ha cumplido: los hosteleros madrileños esperaban llegar a los 300 millones de euros de recaudación, pero se han quedado en 147 a pesar de las ampliaciones horarias. Las que sí se ha cumplido son las que genera este tipo de acontecimientos chuscos: el Orgullo Gay de Madrid se ha saldado con 400 toneladas de residuos recogidas por los servicios de limpieza, un 15 por ciento menos de las que se recogieron el año pasado en la misma celebración; aún así, se necesita ser muy guarro para dejar 400.000 kilos de residuos que, en su mayoría, tienen poco peso al estar básicamente compuestos por papel y plástico. En previsión de la guarrada, el ayuntamiento instaló más de 2.800 sanitarios químicos y 350 papeleras de aro en las zonas de influencia y preparó más de 900 contenedores de recogida y 25 camiones con conductor y dos operarios para este servicio: menos mal. Si se tiene en cuenta que la famosa acampada en Sol de hace unos años sólo generó 17 toneladas de basura debe concluirse que el alegre personal julandrón no se caracteriza por tener hábitos higiénicos. Pese a lo anterior, ministros del gobierno y representantes de muchos partidos políticos se sumaron a una festividad prescindible y grotesca que todos mis amigos homosexuales, sin excepción, detestan. 

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