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Versos perversos lindos Dedicados a Galindos El universo infinito Depende de un pajarito Y la Santa inquisición Inquisiciona un montón Dos y tres son treinta y ocho Y me ahorro lo de Pinocho O se caen las candilejas O se cocinan mollejas O se va por las callejas Con licor hasta en las cejas Soliviantan los villanos Sin llegar nunca a las manos Agua que vas a beber Que sea al amanecer Dos pimientos enfadados No resultan malhadados Ni tres furcias sevillanas Se asemejan a las ranas Ahuyentando espantapájaros Se construyen pajarracos En aras de la concordia El que avisa nunca incordia Y no provoca discordia Agua que has de beber Al moro y al bereber Tienes que hacer merecer En pos de la truculencia Me desplazaré a Valencia Y si voy a La Coruña No me morderé la uña Al pan vino, ganapán Porompompero pan, pan, Pandero contra madero Y asiento de mal sentar No tengo tasca ni freno Ni coliflor ni centeno Y el frenesí carmesí No dice no ni que sí Aluviones de indulgencias  Producen muchas turgen
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 ArribaAbajo El Zarevich Cabrito Traducción desenfadada de la lengua rusa de Melitón Cardona Eran un zar y una zarina que tenían un hijo y una hija. El hijo se llamaba Ivanuchka y la hija Alenuchka. Cuando el zar y la zarina murieron, los hijos, como no tenían ningún pariente, se quedaron solos y decidieron irse a recorrer el mundo. Se pusieron en camino y anduvieron hasta que el sol subió en el cielo a su mayor altura y sus rayos les quemaban implacablemente, haciéndoles ahogarse de calor sin ver a su alrededor vivienda alguna que les sirviera de refugio, ni árbol a la sombra del cual pudieran acogerse. En la extensa llanura percibieron un estanque, al lado del cual pastaba un rebaño de vacas. -Tengo sed -dijo Ivanuchka. -No bebas, hermanito, porque si bebes te transformarás en un ternero -le advirtió Alenuchka. Ivanuchka obedeció y ambos siguieron su camino. Anduvieron un buen rato y llegaron a un río, a la orilla del cual pacía una manada de caballos. -¡Oh, hermanita! ¡Si supieras q
A las nueve de la inocencia es hora de madrugar. Dedicado con afecto a Cuca Gamarra. Sí.
 Siete de indiferencia de la mañana. Tapias que topan con tropos Legítimas esperanzas Locos y locos y locos Inefables añoranzas Topos que trepan tropiezos Trapecios que precian pozos Alborozos y alborozos Algarrobos y conejos Gentes de mucho valor Escaleras de color Ni hay caracoles Con hueso Ni queso que tenga olor A frambuesas y tomillo A alcanfor y coliflor Hay que ser muy buen cristiano Y tener mucho valor Para querer al anciano Y compartir su dolor. Sermón de samaritano Conduce a la confusión No te creas al villano Que te cree una ilusión Aceitunas mortecinas Despuntan y al despuntar Precipitan huesos vanos En mitad de las cocinas Me falta decir cochinas Y mencionar la cecina O nombrar a la asesina Que deslumbra y alucina. Cebollinos, carcamales, Precipitan tempestades Llueven bienes,  Llueven males y vivan sus majestades Que los higos no son peras Ni las peras son mendigos Ni el sol sale en Antequera Ni nieva en la primavera Porque dos y tres son ocho Y no digo tocomocho Porque l
 Vasco de vasta visión Que alberga esperanzas vanas en los confines de un sueño que empieza por la mañana y termina al empezar en cuanto canta la rana, lo que se pierde se gana y al vino pan y empanada, anticipos generosos de ayer tarde mi brigada o los nuevos boletines que pueblan la madrugada y si amanece más temprano no hay que llevar de la mano cocos en cuencos vanos ni corresponder a las injurias con halagos pertinentes ni sembrar discordia vana en aras de vida sana para que la fiesta en paz del rosario de la mora se frustre sin mucho lustre en un recinto lacustre o no siempre ha de gustar llover augusto de todos Los Santos justos y los perros son injustos en las tardes de ocio y vicio porque el que Pedro lo bendiga no introduce incandescencias o santísimos limones en tremendas procesiones que recorren en Santurce viacruces y paradas en rutas descabelladas por cuestas muy empinadas al pan vino y nunca nada conduce A Coruña en taxi en la próxima parada. Porque debe saberse que el p
 Que viva Cuca Gamarra y que triunfe la Razón. Quiero creer que es posible un mínimo de racionalidad pero está Cuca Gamarra y uno ya no sabe qué pensar en un país de gabarros y gabarrás, barraganas y bananas y si añado palanganas a solos y sargantanas se levantarán mañanas y buenas mañas y me iré a cantar al mar o recogeré cerezas si no me entra la pereza de los grillos o la desidia del ciervo que luce su cornamenta en la mitad del solar descomunal.  Textos enmendados aprobados en París el 15 de noviembre de 2022 del Anexo II, Norma Internacional para autorizaciones de uso terapéutico, de la Convención Internacional contra el dopaje en el deporte, hecha en París el 18 de noviembre de 2005. Cuca Gamarra, la Convención de Viena, televisión Hispaniola, alimentación malsana, desafección y coraje, triunfo del bien o del mal, no da igual, es cosa de no ser tal, es que ya todo da igual, es que si llueve va mal o si la desdicha se deshace en copos que es probable que Cuca Gamarra se dedique a